miércoles, 8 de octubre de 2014

Introducción

Al acabar la Guerra Civil, mi madre, Quiteria Franco Sevil, tenía 13 años. En el año 1940 su padre, Miguel Franco Sevil, fue hecho preso en la cárcel de partido de Ateca (Zaragoza). Entre padre e hija se inició una correspondencia durante el tiempo del encierro. Las condiciones de vida de los presos eran durísimas, a pesar de ello, Miguel nunca se quejó comprendiendo las grandes dificultades por las que pasa la familia, que había perdido a su hijo Miguel en el frente, en Balaguer (Lleida). Gerardo, otro de los hijos, estaba refugiado de la Guerra Civil del año 1936 en Saint Malo en Francia, que poco tiempo después sería bombardeado y como consecuencia fallecería. Sus otros hijos María, Joaquin y la pequeña Quiteria, continuaban en Samper de Calanda (Teruel).

Rafael Jariod Franco

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